¿Y qué si me tiemban las rodillas?

No busco que lo entiendas, no quiero tu compasión, déjame en paz joder.

Si ritmo cardíaco aumenta en un trescientos por cien cada vez que te veo, escucho tu voz o pienso en ti es cosa mia.

Si hay una excesiva cantidad de sangre en mis mejillas cuando me miras o me rozas sin querer, déjalo pasar.

Si se me deslizan los segundos entre los dedos junto a ti, y las horas se me hacen eternas sin verte, no me digas nada.

Si hago lo imposible por que no se me note y no da resultado, hazme creer que no ha sido en vano.

Cállate, no quiero que lo conviertas en un secreto a voces.
Olvídalo, hasta ahora mi locura nunca ha sido un problema.

Jeanette.

Llega Mayo anunciando el principio del fin, sol, risas, parques, cámaras... y una ventana de doble cristal para poder verlo todo desde la distancia.

¿Por qué no tomo parte en este ritual de primavera? Verás, soy una de esas personas con tendencia a masacrar buenos momentos con mis pequeñas cataratas de agua salada. Disfrutar de lo que te rodea sin alterarlo en lo más mínimo también es divertido.

David sigue llamándome para rogarme encarecidamente que me una a sus planes, si supiera que sé cuáles son sus verdaderas intenciones...

Colores, fogonazos, sonidos... todo se puede volver negro depende del momento del día. Así que de cinco y media a siete no me llames.

Y si por si te quedaba alguna duda; no soy satánica, no soy religiosa, no soy gótica, no soy pija, no soy reggetonera... Soy lo que debo ser, una chica normal y corriente que mira a través de su ventana de doble cristal.